domingo, 3 de junio de 2007

Bailen lo que bailen los demás! (o cómo ir a un recital de Skay y vivirte todo en el momento)




La excusa perfecta para escribir sobre lo que siento ahora es haber ido a uno de los recitales que brindó Skay -(ex?) guitarrista de Los Redondos-.

Haciendo cálculos, lo sigo hace ya varios años, desde que se hizo solista, por cierto. No tuve la oportunidad cronológica de ver a Patricio en vivo, así que verlos por separado es una suerte de premio consuelo. Aunque para mí signifique mucho más que eso.

Las previas de los recitales están plagadas de canciones cantadas a pulmón, cerveza, fernet y alguna que otra sustancia no legalizada aún. Nada que nadie no sepa. Y escribiendo así parezco Señorita Maestra, pero nada más alejado de la realidad...

El presente suele snifar cabezas, que, al ritmo de "sólo te pido que se vuelvan a juntar" se transforma en un cóctel perfecto entre pasión y adrenalina. Porque sabés, muy adentro tuyo, que las esperanzas son lo único que no mueren.
Al toque, un juego de luces azules y blancas (o las banderas en tu corazón) le dan comienzo al show, ese que siempre asegurás que va a ser una fiesta. Y que siempre es tal...

No creo estar errada al subrayar que a los ricoteros nos gustan las canciones de amor. De todo tipo de amor. Y no olvidemos que el Indio le ha cantado a todo.

Dejando de lado los sentimientos propios, eso es lo que los diferencia de las demás bandas: que, digan lo que digan, si los escuchás, no podés evitar sentirte reconocido en sus letras. Por más de que no sean lineales, siempre tenés a mano la palabra clave, esa que te define el estado de ánimo, o la que te da fuerzas para seguir, para ser.

El pibe de los Astilleros, La Hija del Fletero, Esa Estrella era mi Lujo, Juguetes Perdidos, Caña seca y un Membrillo, Tarea fina...en fin, tenés mil temas para escuchar, y mil razones para escupirle al Rey Patricio que es tu comunicador llave.

También llegamos a un tema candente: el Mandinga y la Parca. Dos tipos que siempre están presentes. Acaso le cantan a ellos? Acaso son enviados de ellos? Yo te puedo decir que no...

El "respeto santo a..." es lo que nunca falta.
También podría decirte que no le cantan a la muerte, ni te inducen a ella (además, no es recomendable ponerlo en práctica). Sólo te recuerdan que existe, que nada es seguro en este mundo, más que lo que vos hagas. Y que tenés que seguir para adelante, pese a cualquier adversidad.

Puede parecer algo redundante lo que te estoy escribiendo, pero creo que hace falta hacerlo un poco más gráfico para que se te dibuje en la cuca.

Es tan simple como saber que cuando la música te hace feliz es como hacer gimnasia y liberar endorfinas. Cuando tenés música en tu vida, la idea de la muerte es nula. No hay que ser un Einstein para entender las letras. Ni siquiera hace falta que lo hagas. Porque, quién te dice que lo que crees es lo acertado? Lo que va de acuerdo con vos es lo acertado.

Y eso es lo que nos hace volver a casa: tener la certeza de que alguien nos está esperando, mas no sea un recuerdo. Por más que sea tan presente su ausencia.

Jugaste, fichaste, reiste, lloraste, ganaste, perdiste, y ahí vas: el síndrome del trapecista es así. Mi querido Ojos color de Cielo tiene muchas de esas frases para tirarte.

La solidaridad con nuestros sueños no nos hará sentir menos solos.
Pero, no te olvides de navegar y navegar...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Con la proa en el norte y la cruz en el sur..
psiconauta_mfg@hotmail.com

Anónimo dijo...

mu bueno el flog espero verte en algun resital del flaco, asi charleteam,os un poco...
http://fotolog.com/angeldeperdedore

Anónimo dijo...

che me llamo rodrigo, no lei todo pero esta muy bueno ......

" VIVIR, SOLO CUESTA VIDA "
te dejo un abrazo loka , cuidate !!

pancho578@hot.........