viernes, 22 de junio de 2007

Ser o parecer...(ésa es la cuestión...)

Quizás este post se merezca un punto y aparte. Mi idea no es degradar ni menospreciar a nadie, sino impulsar lo bueno del rock que muchos nos perdimos, otros lo vivieron, pero de alguna u otra forma cayó al olvido (mala palabra en mi diccionario).

Aclaro que a Andrés Calamaro lo he ido a ver en vivo a sus recitales y que tengo algún que otro disco. Fue y es una especie de obligación hacerlo, porque está englobado dentro de este género. No me desagrada solista: rescato Alta Suciedad y Honestidad Brutal. Sin embargo, el conflicto nace cuando se lo recuerda por haber sido un Abuelo.

Ser Abuelo es una palabra mayor. Abuelo hubo uno solo y fue Miguel. Es Miguel.

Y mi rol en este post es analizarlo dentro de lo denominado Rock del país. Ese país es hoy Argentina.

De este lado del charco, parece que no puede hablarse de otro cantante que no sea Andrés Calamaro. Todo gira entorno a él: toca con todos, canta todo, es feliz con todo.
Desde su regreso a los escenarios, en febrero de 2005, todo cambió en su mundo interno pop: consiguió la total aceptación del público, conoció a su nuevo amor, cantó lo que quiso, tocó con quien quiso. Ahora es el artista más querido, el que a más gente le gusta. Sin embargo, esto no cambió hace un año...

El pico máximo de popularidad en Argentina comenzó en 1982, cuando Miguel Abuelo, que no lo soportaba (pero tampoco podía negar su talento con el teclado) decidió convocarlo para la tercer formación de Los Abuelos de la Nada, tras su paso fugaz por la prestigiosa Raíces.
Hasta 1986 fue el encargado de llevar a la banda al reconocimiento (componiendo y sacándole el puesto de cantante a Miguel) con los hits "Mil horas" y "Sin gamulán".

Luego, se dedicó a su carrera solista y participó en diferentes proyectos ajenos sin llegar nuevamente al reconocimiento.

El nuevo turno fue en 1991, cuando formó Los Rodríguez, famosos por sus "Sin documentos", "Para no olvidar" y "No se puede vivir del amor". Esta agrupación, mitad ibérica, mitad argentina, se convirtió en un máximo referente dentro de la cultura rock y pop (especialmente en España) y fue, hasta 1996, el hit de muchos veranos.
Luego de la muerte de uno de sus integrantes (de Sida, al igual que Abuelo), la banda se disolvió y cada uno volvió a su carrera solista.

Un año después se inventó un look de rockero malo, y despotricó contra todo en "Alta suciedad", y dos años después en su desgarrador "Honestidad Brutal". En ambos álbums había más de 10 canciones hiteras.

Cuando creyó que tenía el mundo en sus manos (o sea, la prensa y el público lo aceptaban totalmente, sin la necesidad de hacer revisionismo por sus comienzos en la canción) llegó el turno de El Salmón. Su corte de difusión parecía haberle ganado a todas las críticas. Pero "la canción" formaba parte de una placa quíntuple, editada en el 2000. Y calculando a $20 cada disco, era lógico un fracaso comercial. Por las dudas, sacó el disco con la canción por separado también.
Este fue el abandono máximo: sus fieles rockers seguidores le dieron la espalda, su mujer lo deja definitivamente (y Charly García está involucrado en eso) y la prensa (especialmente el matutino de la C) se cansó de criticarle la voz, las nuevas versiones de clásicos nacionales (entre ellos el tango y el folklore), su adicción a las drogas, al alcohol, y su mal aspecto. Todo ese cúmulo dio orígen a su huída a España y posterior sedentarismo.

Poco se supo de él a lo largo de los años: hacía llegar sus canciones inéditas mediante su web personal.

Cuatro años pasaron hasta volver a componer un disco, que en verdad, eran sólo covers y tres temas que ya había publicado.

Al principio, pasó desapercibido. Pero cuando El Cantante sonó en las radios y rotó en la televisión, todos quisieron perdonarlo, yendo con la corriente de un movimiento -organizado por las grandes discográficas- que quiso revivir el rock pionero, y reeditar todos esos discos en donde figuraba el nombre Calamaro.

Todos los medios quisieron entrevistarlo: su distancia con las drogas fue un rumor cierto. Sin embargo, se hizo esperar.

En una noche de febrero, Cosquín fue su escenario: casi sin voz y acompañado por la Bersuit Vergarabat, Andrés deleitó a un público exigente de rock, conformista con el pop.

La triología de recitales previstos para abril, hicieron que el Luna Park agote sus entradas. Y su simpático estado legal absuelto por la causa porrito hizo que todas las miradas vuelvan a recaer sobre él.

Aún más: un noviazgo mediático que causa ternura y un disco grabado en vivo, lo declararon el "amable" del mundo rock. Sólo 6 años habían pasado de su olvido. Un par de Obras llenos, con 25.000 personas, terminó de reafirmarlo.

Ahora todos hablan de él: desde Litto Nebbia, su actual productor, hasta Cacho Castaña, quien le compuso algunas letras.
Ahora nada le critican: adulan desde su disco de tangos desafinados, hasta esas espesas canciones (en donde no falta ese corte comercial que endulza a las discos) que contiene el re-editado Salmón box set.
Hasta un disco doble lo homenajea!

Qué diría Miguel Abuelo, quien tuvo que someterse a su soberbia, y murió sin pena ni gloria? Podrán los músicos y medios que lo rodean seguir manteniéndolo en ese pedestal? O peor aún: podrá él -que sobrio no puede componer ni media canción, confeso- seguir dejándose llevar por esta corriente de multimedios que hoy te adula y mañana te mata, sin cargos de conciencia?

Calamaro me resulta en Abuelos lo que Pettinato en Sumo. La ambigüedad es algo que no tolero.

Ahora sí, de Andrés a Miguel: "...si alguna vez se molestó, fue culpa mía. Yo tenía poco más de veinte, y a esas edades cualquiera comete el error de creerse bueno en algo. Miguel era un muchacho con códigos, cosa rara en la música y en el rock. Nadie sabe ni lo que eso significa. Acá te aplauden si sos un alcahuete o un maleducado. Te perdiste, Miguel, estos tiempos violentos y traidores, donde se respeta más bien poco..."

Y culmino este posteo con algo que Miguel nos dejó a todos: "Yo sigo fiel a mis pasos, que van tras mi necesidad. Puede que al girar mi cabeza cuatro veces ya no te encuentre. Pues, quede este momento como constancia de que por vos estuve buscando".

Muerte al olvido. Sí a la conciencia. Porque la suerte de un músico también es una cuestión de todos.

(No quiero creer que esto ya no es rock y sí pura suerte).


viernes, 15 de junio de 2007

Defendiendo el buen rock nuestro de cada día...

El pasado fin de semana tuve la alegría inmensa de poder ver cantar en vivo a María Rosa Yorio (hacen falta las aclaraciones? Ex mujer de Charly García en su momento, madre de Miguel).

Cual historia entre La Maga y Oliveira (leete Rayuela de Cortázar), contó entre tema y tema, sus lindos momentos en la historia con Charly. Y rescató su "andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos".



Además de sorprender con su hermoso repertorio de canciones, entre ellos Iba acabándose el vino, Fanny está sola (o la censurada "...da bola"), y la sobre- titulada Gaby toca el saxo, hizo lindísimas y muy acordes versiones de Quiero ver, quiero ser, quiero entrar, y Seminare (algunas personas me confiaron que de su boca sale la mejor versión que escucharon).

De ahí sigue naciendome la pregunta: por qué a minas como ésta y a otras bandas significativas del rock nacional no las agarran las grandes y multinacionales discográficas? Por qué sólo tenemos que conformarnos con pobres e infieles re-ediciones de discos que "venden"?

Por qué las grandes bandas de rock son independientes? Por qué La Cofradía de La Flor Solar tiene su propia discográfica? Porque se salieron del sistema. Porque defienden lo suyo, lo autóctono.

Y te aseguro que si querés dar a conocer tu música, podés. Si, en cambio, lo único que querés son muchachitas fatales en blancos zoquetes chinos y que todo jóven argentino cante tu tema, entonces, tu camino es Pop Art.

No te cansaste ya de escuchar obligadamente a banditas como Infierno 18 o Guasones? Será que lo under ya se hizo moda, y detras de ello van las discográficas?

Me cansé de la demagogia de los que manejan la música. Me cansé de los comunicadores que protestan por algo "malo", pero adhieren a las multis.

Qué creer, qué escuchar? Por qué llenar un Estadio Pepsi Music (que para mí siempre será Obras Sanitarias) es ser "lo mejor"?

No te guíes por esa masa gris, que cuando está junta hace cada vez más boludeces. Y lo peor, es que lo escucha y se lo cree.


Si querés más info: www.mariarosayorio.com y www.lacofradiadelaflorsolar.com

(de ahí podés bajarte los discos gratarola, porque la música es de todos, y no de la gran M)

Profundas conmociones de esta semana...

Mucho se dijo y mucho se seguirá diciendo...Pero para mí, esto es lo trascendente de la semana...

lo bueno...



(Haber escuchado por primera y entera vez este maravilloso disco compuesto totalmente por el Flaco Spinetta, para la película de 1994)

lo malo...




(salió en todos lados, hasta saturarme...es una idea mía, o será el fin de una utopía?)

domingo, 3 de junio de 2007

Bailen lo que bailen los demás! (o cómo ir a un recital de Skay y vivirte todo en el momento)




La excusa perfecta para escribir sobre lo que siento ahora es haber ido a uno de los recitales que brindó Skay -(ex?) guitarrista de Los Redondos-.

Haciendo cálculos, lo sigo hace ya varios años, desde que se hizo solista, por cierto. No tuve la oportunidad cronológica de ver a Patricio en vivo, así que verlos por separado es una suerte de premio consuelo. Aunque para mí signifique mucho más que eso.

Las previas de los recitales están plagadas de canciones cantadas a pulmón, cerveza, fernet y alguna que otra sustancia no legalizada aún. Nada que nadie no sepa. Y escribiendo así parezco Señorita Maestra, pero nada más alejado de la realidad...

El presente suele snifar cabezas, que, al ritmo de "sólo te pido que se vuelvan a juntar" se transforma en un cóctel perfecto entre pasión y adrenalina. Porque sabés, muy adentro tuyo, que las esperanzas son lo único que no mueren.
Al toque, un juego de luces azules y blancas (o las banderas en tu corazón) le dan comienzo al show, ese que siempre asegurás que va a ser una fiesta. Y que siempre es tal...

No creo estar errada al subrayar que a los ricoteros nos gustan las canciones de amor. De todo tipo de amor. Y no olvidemos que el Indio le ha cantado a todo.

Dejando de lado los sentimientos propios, eso es lo que los diferencia de las demás bandas: que, digan lo que digan, si los escuchás, no podés evitar sentirte reconocido en sus letras. Por más de que no sean lineales, siempre tenés a mano la palabra clave, esa que te define el estado de ánimo, o la que te da fuerzas para seguir, para ser.

El pibe de los Astilleros, La Hija del Fletero, Esa Estrella era mi Lujo, Juguetes Perdidos, Caña seca y un Membrillo, Tarea fina...en fin, tenés mil temas para escuchar, y mil razones para escupirle al Rey Patricio que es tu comunicador llave.

También llegamos a un tema candente: el Mandinga y la Parca. Dos tipos que siempre están presentes. Acaso le cantan a ellos? Acaso son enviados de ellos? Yo te puedo decir que no...

El "respeto santo a..." es lo que nunca falta.
También podría decirte que no le cantan a la muerte, ni te inducen a ella (además, no es recomendable ponerlo en práctica). Sólo te recuerdan que existe, que nada es seguro en este mundo, más que lo que vos hagas. Y que tenés que seguir para adelante, pese a cualquier adversidad.

Puede parecer algo redundante lo que te estoy escribiendo, pero creo que hace falta hacerlo un poco más gráfico para que se te dibuje en la cuca.

Es tan simple como saber que cuando la música te hace feliz es como hacer gimnasia y liberar endorfinas. Cuando tenés música en tu vida, la idea de la muerte es nula. No hay que ser un Einstein para entender las letras. Ni siquiera hace falta que lo hagas. Porque, quién te dice que lo que crees es lo acertado? Lo que va de acuerdo con vos es lo acertado.

Y eso es lo que nos hace volver a casa: tener la certeza de que alguien nos está esperando, mas no sea un recuerdo. Por más que sea tan presente su ausencia.

Jugaste, fichaste, reiste, lloraste, ganaste, perdiste, y ahí vas: el síndrome del trapecista es así. Mi querido Ojos color de Cielo tiene muchas de esas frases para tirarte.

La solidaridad con nuestros sueños no nos hará sentir menos solos.
Pero, no te olvides de navegar y navegar...