domingo, 16 de marzo de 2008

Con esa gente diferente yo me codeo...(dos historias en un mismo día!)

Corría tranquila la tarde, hasta que me subí al bondi destino centro.
Me senté del lado de la ventanilla, como siempre, para mirar. Musiquita en los oídos, de esas que te gusta escuchar cuando querés descerebrarte.

Como no quise pensar, mis movimientos se transformaron en espasmos. Hasta que me cansé de no ver, y miré a mi costado. Se había sentado una minita con auriculares ella también. Me puse a pensar qué estará escuchando, porque no se movía, no hacía gestos, no nada.
Le dí una oportunidad más al afuera, y vi una reunión de religiosos, esos que esperan a que pases para dejarte un papelito con la palabra adoctrinante. Y me pregunté: ¿qué ganamos con escuchar todos lo mismo? ¿Qué pretendemos de esto que algunos llaman basura y otros música?

Más a la noche, me encontré en una fiesta descalza. Esa era la premisa: bailar libres de calzado. De sobra vale aclarar que reinaba la buena vibra. Y eso que había todo tipo de gentes.
Pero acercándonos a la mañana, un grupo de pibes no quiso respetar ese orden, y entraron calzados, sin importar a los demás pies desnudos.

Fue ese el momento en que decidí mi retirada, y el día terminó sabiendo que hasta ahí llegaba mi tolerancia.

¿La música nos hará libres? Sólo se que un pie limpio, es un pie feliz.