martes, 10 de junio de 2008

en casa de herrero...

¿Sirve de mucho que mi abuela sepa qué música escucho? Puede ser un revés existencial, ya que sí me gustaría escuchar a mi nona cantando "todo camino puede andar...todo puede andarrr..." o, "las minitas aman los payasos y la pasta de campeón!" o, "el ojo blindado que me has regalado, me mira maaaaallllll!". Pero no.

La martiricé año tras año con la músiquita a todo dar, y si hoy le pregunto quién es quién, o a quién voy a ver a Tandil, me dice: "aaahhh...no se...".

-¡¿No sabés?!
-No, no se. Pero traeme chacinados cuando vuelvas!

Pafate! Duele más que una cachetada a la insolencia.

Y, realmente, ¿de qué sirve que el otro escuche la música que yo escucho?
La tolerancia está perdiendo por afano, y el más débil se siente protegido con su estampita de la remera que use. ¿Te gusta la música que escuchás? ¿En serio?

Bancatela. Bancá lo que escuchás. No hace falta llevar una remera para demostrar un sentimiento, un gusto o un fanatismo.
Las cosas en la piel se rompen menos que en el lavi-rap.

1 comentario:

Anónimo dijo...

EL Indio, Skay, la Negra, yo y la nonna sabemos que lo importante son los chacinados. Aparte la nonna nunca se sacudió dos orugas y corrió al medio a saltar, más dura que un palo de amasar.
Tolerancia es entender que un chacinado es más importante que un recital. Lo sabe ahora, que por más rápido que ande ya sabe cómo hacer para que no se le suelte ni un patín.
Me voy a hacer una remera con el dibujo de un chorizo. No, me lo voy a tatuar, mejor.
Saludos a la nonna.